«Una defensa del aborto»: la versión de Judith Thomson (I)

thomson

En las próximas entradas, y quizá por última vez, me dedicaré a analizar un argumento filosófico interesante y, me parece, bastante poderoso a favor del aborto. Se trata del famoso artículo (aunque presumo que no tan famoso en habla hispana: yo, al menos, no escuché de él sino hasta el 2008 por una amiga profesora de ética en EEUU) de Judith Thomson, filósofa de MIT«A defense of abortion» (1971). Si bien en mis tres entradas previas me he dedicado a argumentar filosóficamente sobre la posibilidad de despenalizar el aborto en situaciones límite; considero que los argumentos de Thomson tienen un tenor filosófico distinto. Los míos pretendían argumentar sobre la legitimidad o no de la propuesta de despenalización; los de Thomson, en cambio, apuntan a la práctica misma del aborto y a los argumentos en pro y en contra de la misma. Thomson no se ocupa de los problemas de orden público al rededor de esta materia, sino de la reflexión que puede hacerse sobre el derecho o no abortar desde la perspectiva de los agentes: la madre y el concebido (aunque este, propiamente, no tiene agencia aún). Me parece interesante analizar este artículo por dos razones: a) porque es filosóficamente muy interesante y b) porque la argumentación que se escucha y lee en los medios peruanos tiende a ser de muy baja calidad especulativa. Este es un argumento robusto a favor del aborto cuyas tesis fuertes me interesaría debatir con los lectores. Paso, entonces, a seguir las ideas centrales del mismo.

Una de las primeras cuestiones que merecen atención para Thomson es el escenario en el cual se ha ido desarrollando la polémica (nótese que estamos, en su caso, en los años setenta y que, sin embargo, la polémica es la misma). Así, el principal argumento contra el aborto (que yo comparto) es que “el feto es un ser humano, una persona, desde el momento de la concepción”[1]. Sin embargo, la autora sostiene que:

“Se nos pide que notemos que el desarrollo de un ser humano desde la concepción hasta el nacimiento a la infancia es continuo, entonces se dice que trazar una línea, elegir un punto en este desarrollo y decir «antes de este punto la cosa no es una persona; después de este punto, es una persona» es hacer una elección arbitraria, una decisión para la que en la naturaleza de las cosas no hay ninguna buena razón que pueda ser dada. Se concluye que el feto es, o en todo caso que sería mejor decir que es, una persona desde el momento de la concepción. Pero esta conclusión no se sigue. Algo parecido podría decirse sobre el desarrollo de una bellota en un roble, y no se sigue que las bellotas son árboles de roble, o que sería mejor decir que lo son. Argumentos de esta forma a veces se llaman «slippery slope arguments» —la frase tal vez se explica por sí misma[2]— y es desalentador que los opositores del aborto se basen en ellos tan fuertemente y sin sentido crítico”.

A pesar de este golpe a la convención argumentativa sobre esta cuestión, Thomson cede ante los detractores del aborto y prefiere situarse en un lugar que la haría más vulnerable a la crítica con la única finalidad de demostrar que su punto es sólido ante versiones débiles y fuertes sobre el derecho a la vida del no-nacido. Así, a pesar de sus objeciones previas, sostiene:

“Propongo, pues, que demos por hecho que el feto es una persona desde el momento de la concepción. ¿Cómo funciona el argumento desde aquí? Sería algo como esto. Toda persona tiene derecho a la vida. Así que el feto tiene un derecho a la vida. Sin duda, la madre tiene derecho a decidir lo que sucederá en y  a su cuerpo, todo el mundo aceptaría eso. Pero sin duda el derecho de la persona a la vida es más fuerte y más exigente que el derecho de la madre a decidir lo que acontece en su cuerpo, por lo que lo sobrepasa. Así, el feto no se puede matar, el aborto no puede ser realizado”.

Esta, como se sabe, es la versión más común del argumento laico contra el aborto. Existen otras que apelan al derecho del no-nacido en tanto criatura de Dios; sin embargo, se trata de argumentos menores en tanto parten desde una perspectiva demasiado particular (ya he hablado sobre esto). La versión más neutral del asunto tiene la forma que Thomson ha presentado con matices de diferente orden, claro, que aquí no detallo. Pues bien, presentado un argumento poderoso en contra del aborto, la filósofa pasa a hacer un “experimento mental” proponiéndonos que imaginemos una situación con las siguientes condiciones (cito en extenso porque vale la pena):

“Te despiertas en la mañana y de espaldas a ti se encuentra en la cama un violinista inconsciente. Un famoso violinista inconsciente. Se ha comprobado que él tiene una enfermedad renal grave, y la Sociedad de Amantes de la Música sondeó todos los registros médicos disponibles y encontró que sólo tú tienes el tipo de sangre para ayudarlo. Por ello, te han secuestrado y anoche han conectado el sistema circulatorio del violinista al tuyo, así tus riñones podrán ser usados para extraer el veneno de la sangre de él, así como el de los tuyos. El director del hospital, ahora te dice: «Mire, nosotros sentimos que la Sociedad de Amantes de la Música haya hecho esto  –si lo hubiésemos sabido nunca lo hubiésemos permitido. Pero aún así, lo hicieron, y el violinista está ahora conectado a ti. Desenchufarlo sería matarlo. Pero no importa, es sólo por nueve meses. Para entonces, ya se habrá recuperado de su enfermedad y con seguridad podrá ser desconectado de ti». ¿Es moralmente vinculante para ti acceder a esta situación? No cabe duda de que sería muy amable de tu parte si lo hicieras, una gran bondad. ¿Pero usted tiene que acceder a ella? ¿Qué pasa si no fueran nueve meses, sino nueve años o todavía más?, ¿qué pasa si el director del hospital dice: «Mala suerte. Estoy de acuerdo, pero ahora tienes que permanecer en cama, con el violinista conectado a ti para el resto de su vida. Porque, recuerda esto, todas las personas tienen derecho a la vida y los violinistas son personas. Se concede que tú tienes derecho a decidir lo que acontece en tu cuerpo, pero el derecho de la persona a la vida pesa más que tu derecho a decidir lo que acontece en tu cuerpo. Así, nunca podrás ser desconectado de él». Me imagino que tú considerarías esto como algo indignante, lo que sugiere que algo está realmente mal en el argumento, que sonaba plausible, que mencioné hace un momento”.

Los dejo con el argumento presentado, puesto que ya me extendí más de lo que quería. Ya con lo puesto aquí hay suficiente material para debatir; sin embargo, las siguientes afirmaciones de Thomson son suficientemente polémicas como para extender esto por varios posts más. Vayamos conversando y viendo las opiniones que surgen. Cabe decir que falta mucho trecho por recorrer, así que no asumamos que allí acaba el argumento.


[1] Todas las citas pertenecen al artículo de Thomson, aunque por referirme a la edición virtual no consigno la paginación. La primera versión del mismo apareció en Philosophy & Public Affairs, Vol. 1, no. 1 (Fall 1971). Para no perjudicar a los lectores que puedan tener dificultad con el inglés, traduciré el texto íntegramente via Google Translate haciendo las correcciones del caso (que han sido muchas).

[2] Traducción difícil por ser una usanza casi técnica. Se trata de un tipo de falacia argumentativa que nos hace saltar a una conclusión no probada. Así se puede entender mejor una traducción literal como “argumentos de pendiente resbaladiza”: se nos hace caer por la pendiente.

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21 respuestas a «Una defensa del aborto»: la versión de Judith Thomson (I)

  1. Carlos dijo:

    Hola,
    Muy interesante tu blog,
    Los casos son muy diferentes. En el nivel más abstracto, una persona en derecho se vincula al ordenamiento de lo general, mediante el deber de respetar al otro también como persona, lo que en un Estado liberal solo fundamenta deberes negativos de “no dañar”. Pero los padres no se vinculan a sus hijos sólo a ese nivel de abstracción sino que además los une frente a ellos la institución de la paternidad, lo cual hace surgir deberes de carácter también positivos, deberes de garantía. Da lo mismo que una madre cause la muerte de su hijo a golpes, que lo haga por no alimentarlo, de ambas formas lo “mata”, pues tiene una posición de garante frente a la lesión. Lo del pianista es diferente, este no se vincula a la persona secuestrada sino en su calidad de persona en derecho, ninguna institución que genere deberes especiales los vincula (ser padre, bombero, policía, contrato, etc) por lo que no existe un deber de evitar la lesión de su “derecho a la vida”. Por lo que al desconectarse, no existiría la omisión de un “deber”, es decir no lo “mata”. Es discutible si se pueden fundamentar deberes especiales por “asunción”, es decir por un actuar análogo al contrato, lo que fundamentaría que sea reprochable el desconectarse después de aceptar conscientemente por un determinado tiempo la transferencia, pues de alguna manera se habría ya comenzado a organizar buena parte del ámbito de competencia que define la persona del “violinista”, en este caso sus funciones vitales.
    Sobre la ponderación de derechos. Es común sostener que los derechos fundamentales operan como principios y no como reglas (rules), por tanto requieren ponderación en su aplicación (Alexy), sin embargo la ponderación se hace en concreto y no en abstracto.

    Carlos Mendoza.

  2. Raúl E. Zegarra Medina dijo:

    De acuerdo, Carlos; sin embargo, como dije, el argumento está apenas deliniándose. Veamos qué otras cosas dice Thomson aún.

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  5. apnuevo dijo:

    Paso a dejar una simple indicación: el artículo de Judith Thomson apareció en español en el 2001, en una compilación (pp. 187-207), aunque desconozco si haya aparecidó en otro lado. Y tampoco sé qué tan fácil sea conseguir el libro, y hasta donde sé no está en Internet. Sí, lo sé, no soy de mucha utilidad, pero ojala lo puedan conseguir si les interesa. En cualquier caso, si lo encuentro en Internet, compartiré el link.

    Los datos del libro son los siguientes.

    Margarita M. Valdés (compiladora). «Controversias sobre el aborto.» 1ª edición, México: Fondo de Cultura Económica – Universidad Nacional Autónoma de México – Instituto de Investigaciones Filosóficas. 2001.

  6. Raúl Zegarra dijo:

    A mí me parece un aporte bibliográfico fundamental, así que no digas que no se trata de algo útil. Todo lo contrario! Gracias por compartir el dato. Si tienes más información, esta será muy bienvenida.

  7. Belu dijo:

    Concuerdo con carlos, creo que Judith no tiene en cuenta el vínculo que une a estas dos personas «conectadas», se trata de madre e hijo, pero gracias por el aporte. Las mujeres embarazadas y desesperadas no son las culpables del aborto, es la sociedad que las empuja y no las deja pensar en otras soluciones. El compromiso es de todos!

  8. Raúl Zegarra dijo:

    Gracias, Belu. El caso es, en efecto, complejo. Lo importante, sin embargo, es discutirlo.

  9. Fran dijo:

    Pues yo no concuerdo nada con Carlos. El violinista puede ser tu hijo y tampoco te obliga moralmente a conectarte a él tenga la edad que tenga. Se dirá que la madre en tanto que tiene la tutela del hijo está obligada a garantizarle su supervivencia, y en caso contrario será el Estado quien ejerza la tutela, pero este no es el caso. El caso es que NADIE TIENE DERECHO A INVADIR OTRO CUERPO, y NO, no hay ninguna obligación de tipo contractual entre la futura madre y el cigoto o el feto, cuando un aborto ( interrupción de un proceso en marcha) se da propiamente cuando el embarazo se produce CONTRA la voluntad de la futura madre, que no es madre todavía, ni hay niño ni gaitas.

    Por no hablar de las pendientes resbaladizas que se citan: una semilla no es una planta, un huevo de cocodrilo no es un cocodrilo, ni un feto es un SER HUMANO( y si no que me expliquen cientificamente a qué se refieren con esto), NI MUCHO MENOS UNA PERSONA ( etimológicamente máscara teatral, que es un sujeto de derecho, persona física o jurídica, y que se atribuye a las personas físicas al neonato, no antes , ni un niño, ni un hijo, ni un anciano, ni un medio pensionista. Porque si de algo se sirven los antiabortistas es de utilizar el lenguaje de la forma más confusa posible.

  10. Fran dijo:

    ¿ Por qué no se me desfiltra el comentario? ¿Censura?

  11. Raúl Zegarra dijo:

    En este blog lo único que se censura es la agresión oculta bajo la etiqueta de comentario, todo lo demás normalmente se permite. Quizá, mi estimado, Fran, debería usted ser un poco más caritativo en su juicio y pensar que, de pronto, el autor de este blog tiene otras ocupaciones que no le permiten revisar los comentarios tan a menudo como él quisiera. Saludos.

  12. Vicente dijo:

    Interesante ela artículo estimado. Mi aporte: suponiendo como señala la autora que el no nacido es persona, es radical la diferencia entre cortar una manguera que une a una mujer con un violinista que cortar un cordón umbilical, que lo entendemos como un órgano del niño. En uno se busca directamente quitar la vida al no nacido y en el otro primar la libertad personal, teniendo como consecuencia la muerte por enfermedad de el violinista. Típico caso de voluntariedad directa y voluntariedad indirecta.
    Saludos

  13. Pingback: ¿Debería el Papa Francisco reconsiderar su posición sobre el aborto? | Sagrada Anarquía

  14. Milushka dijo:

    Es moralmente correcto que una madre que no le importa su hijo y quiera vengarse del padre del niño por haberla engañado aborte un dia antes de que el bebe nazca?
    Y por que solo abortarlo? Por que no que nazca con alguna discapacidad provocada por voluntad de la madre para causarle dolor al padre. Simplemente si le da la gana le podria cortar al feto las piernas … o cortarle el pene. Nadie le podria decir nada… ES SU CUERPO. ES SU AUTONOMIA. ES SU PROPIEDAD. EL FETO NO TIENE DERECHOS. La MUJER PUEDE HACER TODO LO QUE QUIERA CON EL FETO MIENTRAS ESTE DENTRO DE SU CUERPO. Despues que el bebe nazca sin piernas y pregunte años despues: ¿Por que? Le diremos… bueno estabas en la mas preciada propiedad de tu madre: SU CUERPO y por lo tanto ella podia hacer lo que quisiera contigo. No podiamos interferir. Lamento mucho lo que te paso, pero estabamos con las manos atadas.

  15. Raúl Zegarra dijo:

    Estimada Miluska, le invito a leer el post con más cuidado. El argumento es más complejo que como usted lo pone. Recuerde que aquí se trata de hacer filosofía, no de defender convicciones personales, por más nobles que ellas sean. Eso supone hacer preguntas difíciles que pueden chocar con lo que cada uno de nosotros cree en lo más íntimo.

  16. Milushka dijo:

    Ese comentario del violinista lo lei en un blog refutando la hipotetica situacion. Si se trata de crear un paralelo con un embarazo la cosa tendria que ser asi:
    – El violinista tendria que ser su hijo ( no un extraño)
    – El hijo tendria que estar en esa situacion por algo que hizo la madre ( la madre no hizo nada para tener conectado un violinista, pero si realizo sexo que la hizo quedar embarazada)
    – La madre puede negarle la sangre a su hijo?.
    – No es solo desconectarse sino deliberadamente con instrumentos matar al hijo conectado como sucede en el aborto.
    Puede ver el articulo completo en:
    http://themattwalshblog.com/2014/03/04/i-am-afraid-of-this-indisputable-pro-choice-argument/
    Tambien puede ver una respuesta pro choice en:
    http://rachelshobbithole.blogspot.com/2014/03/did-matt-walsh-demolish-bodily-autonomy.html
    Ambas valen la pena ser leidas.
    —————————————
    Mi comentario anterior estaba fuera de lugar, pero si tiene un fondo filosofico. Se impide que una mujer embarazada le corte la mano a su feto porque quiere un hijo manco, pero se permite que una mujer mate a su feto para dar a luz un hijo muerto?. Se dice mucho que no se debe de hablar de bebes en el vientre, porque en realidad es un feto y no es bebe hasta que sale. Pero un feto a abortado a los 8 meses que cosa es cuando sale de la madre? Un bebe muerto?.

  17. Raúl Zegarra dijo:

    Gracias por la información. Ahora ando un poco ocupado, pero en cuanto tenga un tiempo leeré los textos que me recomienda y le daré mi opinión. Saludos.

  18. Andreu dijo:

    Es un tema bastante espinoso. Si la voluntad está por encima de la vida, entonces creo que hemos llegado a sobrevalorar la voluntad. Por un lado, es cierto que en muchos casos, ante lo que consideramos inhumanidad, los anti-abortistas utilizamos términos ambiguos para tratar de evitar a cualquier lugar la interrupción de esta «futura» vida. Y por el otro, los pro-abortistas se basan en que esta futura vida no es una vida aún, trazando una línea que busca convertir la extinción de esta pequeña llama de vida en jurídicamente aceptable. Me pregunto, en casos relacionados al aborto por violación, si el hecho de abortar soluciona el trauma de la madre y si no seria mejor buscar vías y generar incentivos para dar en adopción estos niños. Es bueno conversar y reflexionar, considerando los puntos de vista de otros. Saludos.

  19. Raúl Zegarra dijo:

    Muchas gracias por el comentario. En efecto, es un tema complejo para el cual no hay soluciones sencillas. Tocará ver cómo van avanzando nuestras sociedades y las decisiones que éstas vayan tomando. No podré estar nunca de acuerdo con una apertura excesiva sobre esta materia; pero es cierto que hay casos como el de la violación y el de malformaciones severas que sugieren que pensemos el tema con cuidado.

  20. Pamela dijo:

    Igualmente no estoy de acuerdo con el primer comentario. Que el violinista sea hijo o no, es irrelevante a la discusión. En primer lugar porque un padre/madre no esta obligado a amar a su hijo, solo por ser su hijo, si no que su deber es velar por el bienestar del niño. Segundo, porque un padre/madre tampoco esta obligado a dar su vida por la de su hijo. La vida de un hijo o un padre/madre tienen igual valor, al igual que la vida del violinista y la mujer.
    Ahora, pienso que a la analogía del violinista y la mujer le falta un elemento clave: la mujer pone en riesgo su propia vida al estar conectada al vionlinista. El violinista muere al instante al ser deconectado, pero la mujer aumenta sus probabilidades de complicaciones de salud al estar conectada. Y en adición, el momento de desconectarse luego de 9 meses (el parto) es un evento riesgoso para ambos igualmente. Así que se le pide a la mujer no tan solo un sacrificio de tiempo, si no de su propia vida, en potencia. Todo el embarazo es basicamente una competencia entre el bebe y la madre, y aunque la medicina a logrado reducir el numero de muertes por parto, aún es significativo.

  21. Raúl Zegarra dijo:

    Es una adición interesante la que le haces al argumento, Pamela. Sería cuestión de ver cuánto afecta la fuerza del argumento de la autora, pero creo que en efecto añade algo que no está presente del todo.

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